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La casa de las chapuzas

¿Y ahora?

¿Y ahora?

Hace ya tiempo que no me asomo por aquí. Y no es que no tenga ganas de escribir, es que estoy haciendo otras cosas, algunas de ellas, relacionadas con el arte de la escritura. Ah, sí; ya terminé los cursos de dependiente de comercio, éste 3 de agosto. Muy buena gente; estupenda, aunque a veces, nos pasábamos. Y es que mis compis, estaban tan sedientos de amistad, que a veces no controlaban sus sentimientos, y de vez en cuando, soltaban alguna que otra tontería. Una de las compañeras, le gusta cantar, y escribir relatos. Si bien, presumía mucho de lo primero; lo segundo lo averigüe de casualidad; ya que imaginé que al ser cantante, habría llevado alguna que otra canción, para registrarla. Como yo también estoy interesado en registrar alguno de mis relatos, le pregunté lo que había que hacer.

 

Y en eso estoy; corrigiendo, para mandarlos a imprimir en el mejor estado posible. Es curioso lo que te piden por la impresión de un disquete; en un sitio, además del precio por fotocopia, te cobran la lectura de dicho disquete. A ver cómo sale la cosa; necesito al menos un ejemplar de mis obras, para poder registrarla, además de pagar, creo que 12 euros, por la gestión.

 

Al mismo tiempo, estoy ordenando mi habitación. Es increíble, la cantidad de papelitos que encontré, lo mismo en viejas carteras, que en cajones. La mayoría, eran consejos para instalar tal o cual programa, actualmente obsoleto, frases célebres, ya aprendidas, y canciones para grabar en alguna cinta. Tampoco faltó alguna que otra carta reconciliadora, para aquella chavala que conocí, en 1.996, a la que bauticé, como "Ranita", pero que por exceso de orgullo, no le entregué. Así y todo, le compuse una pequeña rima personal, que pongo para que no se me olvide con el tiempo:

 

“Rubita, chiquitita, con carita de ranita, ojitos de gatito, boquita de piñón, y risita de tiburón”.

Ranita

Y por supuesto, le hice un dibujo, que pasé a escáner, y perfeccioné con un programa de dibujo.

 

Sí, ordenar una habitación, es hacer un viaje por el tiempo. Siempre encuentras algo, que te recuerda una situación. Es por eso, por lo que tengo un miedo horrible a mirar las grabaciones que hice con mi videocámara. Muchas escenas, muchísimas, reflejan lugares y recuerdos, parientes y amigos fallecidos, y de lso que no sé nada o poco de ellos; y momentos agradables. Un consejo: Si eres un nostálgico, no uses videocámara.

 

Igualmente, estoy intentando aprender a hacerme una web, en la que incluya mis relatos, artículos, fotos y blogs; unas veces con el word, y otras, con el dreamweaver, que aún no he terminado de aprender a usarlo, pero muchos dicen, que es el mejor para hacer webs. Sin embargo, temo que el contador de visitas, no funcione, ni el libro de firmas. Bueno, mejor no precipitarse. Cada cosa a su tiempo. Ya habrá tiempo de corregir los fallos. Y si éstos, son difíciles de corregir....me meteré en un cursillo de webs, que también los había, y de hecho, el profesor, nos llamó, para opinar y calificar las webs de sus alumnos.

 

Ausencia momentánea

Ausencia momentánea

Hace un tiempecito que no escribo por aquí ¿A qué se debe eso? Como sabéis, tras el curso de dependiente de comercio, me metí en éste de agente comercial. Los chavales y chavalas, que componemos la clase, son más abiertos que los del anterior, y al poco, nos hemos dado nuestras direcciones de messenger. es por ello, que me paso más tiempo pendiente del espacio del mesenger, que de mis blogs. Pero creo que todo eso, va a ser muy temporal. Es como las modas. El espacio del messenger, lo tenía abierto, desde el verano del 2.005, y hasta el mes de abril de éste año, apenas si hice nada especial en él. De hecho, hasta me costaba entrar.

El curso se me está pasando volando. No así con el otro, que se me hacía muy pesado, y excesivamente lento. Más adelante, nos dará clase uno de los profesores del anterior. Sonrío, solo de pensar en ello. Este profe, si bien, es buena persona, también es muy disciplinado, y no tiene la paciencia que tienen los actuales. La gente de mi clase, digo y repito; son excelentes, pero de vez en cuando, a algunos, les gustan los comentarios graciosos y fuera de lugar, y alguna que otra broma pesada. Y éste profesor....como que no. No me lo veo aguantando pacientemente al típico gracioso de turno, a que termine de recitar su "sermón".

Clasificado S

Clasificado S

                                                                                    CLASIFICADA "S"

 

¿Os acordáis de la antigua denominación “clasificada S”, para las viejas películas porno? Ah, viejos tiempos. Recuerdo que en 1.982, recién salido del cuartel de instrucción de Cerro Muriano; Jose, un compañero de mili, y futuro cuñado de mi primo, me propuso ir con él al cine:

 -Sí, es una película única en su estilo. Te voy a dar una pista. Es del oeste...y algo más que te gustará, me dijo por teléfono. Al mirar la cartelera del periódico, me fijé en el título de una que se titulaba “pistolas calientes”....Clasificada S. De inmediato, me dí cuenta de que era esa. No me hizo gracia. Y es que las cuestiones pornográficas, las consideraba como algo muy personal, que no compartía con los demás. Además, ese tipo de películas, cuando llevas un rato, te aburres.  No os molestéis en buscar esa peli en el e-mule. No merece la pena...Y dudo que la encontréis. Trataba de lo típico de siempre, pero trasladado al porno. Tres presidiarios, con uniforme de rayas incluido, se fugan de prisión. Llevaban 7 años, cumpliendo condena. Entonces fueron al río, y....encontraron a las hijas de un granjero bañándose. De inmediato se pusieron a gritar:  -¡Eh, mirad! Siete años sin ver unas tetas. El resto, es fácil de imaginar. El lentísimo sheriff, y sus ayudantes, por fin encontraron a la madre de las muchachitas, violada. Estas habían sido secuestradas, e iban dejando rastro de su ropa interior por el camino. Para dar más tiempo al sheriff, se “sacrificaron”, y cansaron más a los bandidos. Este los encontró durmiendo, y ¡Bang! La película, fue un timo absoluto. En teoría debía durar hora y media, y duró una hora escasa. Las escenas, eran mamarracheras. Salvo la “mamá” que seguramente era una actriz porno con experiencia, el resto no valía nada. A destacar una bonita melodía típicamente del viejo oeste, que decía: “Seven longests years”, una y otra vez.  Con el tiempo, Joselito fue pidiéndome alguna que otra vez, que lo acompañara. Me tenía un poco harto. Más aún, cuando yo estaba ahorrando para comprarme un magnetófono barato, y las frecuentes llamadas para que lo acompañara, me restaban dinero. Se acababa de pelear con su novia, y la pornografía, era su forma de olvidarla un poco. Y no es que fuera una mala idea, no. Es que me estaba arruinando. Se lo dije, pero no me hizo caso. Así que decidí pasar de él, y decirle a mis padres, que cuando llamara, le dijeran que no estaba. Por culpa de esa tontería, si bien no perdimos la amistad, sí que dejamos de vernos. Curiosamente, me acabo de acordar, de una anécdota ocurrida en 1.981, año anterior a lo que acabo de contar. Un primo mío, tenía varias películas porno, y el proyector (comprado en Ceuta, cómo no). Sin embargo, en su casa había gente. Un amigo, tenía la casa vacía, ya que los padres, trabajaban en Rota, con los americanos. Nos fuimos a su casa, y descubrimos un inconveniente. La luz era de 220, y el proyector de 125 Voltios. Uno de nosotros, llamó a su primo para que le trajera un transformador. Entonces lo llamó, y dijo: -Espera, quédate con nosotros.-No puedo, me tengo que ir.-Mira, primo, una sorpresa. Queremos el transformador para éste proyector. Y mira las películas que hemos traído. Son porno. El primo sonrió, y se sentó con nosotros. Las películas eran sonoras, pero el proyector, mudo. No importaba mucho. Nos sentamos en el suelo. El hijo del dueño, estaba inquieto: -No pongáis los pies contra la pared. Por cierto, aquí huele mal. No os masturbéis ¿Eh? Cuando vimos la primera peli, el otro exclamó: -Bueno primo, tu tenías prisa ¿Verdad? Vete si quieres, yo te llevaré el transformador luego.-Creo que me quedaré, si no os importa, exclamó el primo con una sonrisa picaresca.-Ja,ja,ja. Seguro que si fuera una película de indios y cowboys, te habrías ido. Eramos chavales, entre 17 y 19 años, y nos sentó la mar de bien aquella “reunión”.  Un día en clase, el profesor de historia, se puso a hablar de Napoleón: -Cuando Napoleón se escapó de la isla en la que estaba prisionero, inició un corto gobierno, al que se le llamó “el imperio de cien días”. El gracioso de la clase, exclamó muy excitado: -¿El imperio de qué? ¿El imperio de qué? El profesor, le dijo con paciencia: -He dicho el imperio de cien días. A ver si atendemos.-¡Ah! Yo es que entendí otra cosa. Creí que había dicho “el imperio de los sentidos”. Entonces, la clase se echó a reir, al tiempo que insultaba amistosamente al gracioso. Extrañamente, al profesor, eso le sonaba a chino, y preguntó qué era. -Pués el imperio de los sentidos, es una película porno en el que a la tía se le ve “¡Tó!” Pero “¡Tó!”. Años después, tal vez por 1.986, se puso de moda los sábados por la noche, la emisión de llamado “cine de medianoche”, en el que echaban películas, sobre todo eróticas. (Entre ellas, “el imperio de los cien días”). También las había malísimas, y de poca calidad. Pero si hubo una que fue realmente impactante (al menos para los hombres), fue una en la que el protagonista era Burt Reynolds. Creo recordar que se llamaba “defensa-deliverance”. Yo no la ví, pero un amigo que la vió, me dijo: -Hay que ver, Antonio. Imagínate, que vas con unos amigos de excursión. Unos se quedan arreglando las cosas, y tú te das una vuelta con el otro. De repente, os perdéis. Y cuando lleváis un rato andando, te encuentras con dos individuos ¡Menuda suerte! Ya empezabas a creer que te ibas a quedar dando vueltas hasta la noche. Así que te acercas a ellos, para que te ayuden y te guíen. Es entonces, cuando te das cuenta de que uno de ellos, lleva una escopeta. -Buenas. Disculpe. Me he perdido ¿Me podría indicar cómo salir de aquí? Entonces, el hombre, te mira, y dice con seriedad: -Por aquí no es. Notas algo extraño tanto en su mirada como la del compañero. Mal asunto. Se ponen a tocarte (¡Oh, oh! Esto va mal). El otro, se pone a acariciar a tu otro compañero, al tiempo que empieza a desatarse la correa (¡Horror! Alguien de aquí, va a “comer” muy pronto). Así que mientras uno te encañona, el otro obliga a tu compañero que es gordo, a quitarse la ropa, y tumbarse en el suelo (Las escenas, no son muy explícitas, pero al parecer, son suficientes como para aterrorizar al que ve la peli). Y mientras, lo viola, le dice: -¡Venga! Grita cerdito ¡Grita! Lo cual demuestra lo perdido que estáis. Sí, evidentemente, es un sitio de lo más solitario, tanto, que se permiten el lujo de obligarle a gritar. -Oink, oink.-¡Más! ¡Grita más! Eso no suena.-¡Oink, oink! Grita tu infelíz compañero, mientras tú miras, asustado a tu alrededor por si alguno de los tuyos viniera a rescatarte. Pero no ves a nadie. Entonces, ves con horror, que el otro ha terminado, y se pone de pié ¡Ahora te toca a ti! El uno le da la escopeta al otro, y le pregunta: -Oye ¿Qué hago con éste?-¿Que qué haces? Mira que boca tiene ¿No te dice eso nada?-¡Ah sí! Tiene una boquita muy linda. Je,je,je,je. Exclama al tiempo que se baja los pantalones. El resto de la peli....Bueno. Sería demasiado largo contarla ¿No creéis? Una de las amigas, que lo oyó, se echó a reir. -¡Bien! Muy bien. Eso os debería pasar a los hombres de vez en cuando. Así os daríais cuenta de lo mal que lo pasa una mujer, cuando la maltratan o la violan.   La serie de cine de medianoche, creo recordar que duró hasta 1.994, aproximadamente. Casi al mismo tiempo, en el Canal Cádiz, empezaron a echar películas porno de las de verdad, también los sábados, pero de madrugada. Pero la calidad de las emisiones, era muy mala. Eso me recuerda las vivencias de mi hermana, cuando estudiaba en Sevilla. En la pensión, los viernes por la tarde, los estudiantes, se sentaban a ver el cine porno en el canal plus, pero codificado. A ella le hacía gracia ver a tanta gente lastimándose la vista, para ver unas imágenes borrosas. Sí, el sexo, es necesario para la vida. Y por ello, se recurren a las artimañas más astutas, tales como disfrazarse de demonios, en la edad media, cuando las brujas, tomaban sus pócimas, y se emborrachaban y drogaban, hasta caer exháustas. Era entonces el turno de los “listos” del pueblo, que vestidos con abrigos de pieles y máscaras, obligaban a las brujas, a mantener relaciones con ellos, en el nombre del demonio.  Pero semejante astucia, no es sola de los hombres. Si no que se lo digan a ese delfín de un aquapark, cuya piscina estaba separada por una compuerta. De esa forma, macho y hembra, al terminar el entrenamiento, volvían cada uno a su sitio. Un día, notaron que la hembra estaba embarazada ¿Cómo era eso posibles? Estaban separados. Entonces, instalaron cámaras de seguridad, y cuando vieron el resultado ¡Oh sorpresa! Vieron como el delfín macho, pegaba un enorme salto, y apretaba con el pico, el botón que separaba ambas piscinas. Y luego, cuando terminaban de “jugar” y “divertirse”, saltaba otra vez, y se volvía a cerrar.  Ahora, si no les importa dejémonos de tanto sexo, y permítanme que les presente mi libro. Al que le interese, que me siga y haga click aquí, Muchas gracias. Que ustedes lo disfruten Guiño

    


Anecdotas 2

Anecdotas 2

 Coladero informático

Durante unos cursos en un colegio, estuvimos usando internet en la clase. Sin embargo, estuvimos a escondidas, usando nuestras cuentas de hotmail. Pero ¡Ay! Por desgracia,  se nos olvidó quitar la opción de inicio automático. Por ello, cuando estábamos en nuestras casas, nos encontrábamos con extrañas sorpresas. De inmediato, ví, que un tal "El pelao", había cambiado mi nombre, y puesto el suyo. Se me reiniciaba y apagaba, con frecuencia. Un día, mi sobrino, al que tenía agragado, empezó a quejarse.

-¡Tioooo! Deja de gastarme bromas.

Como quiera que él estaba en el ordenador del otro cuarto, me acerqué, y le dije: Ese no soy yo.

De inmedito, ví que el suplantador, preguntaba a mi sobrino:

"¿Tú quién eres?

A lo que respondí:

"Soy tu jefe".

La respuesta fue:

"Ja,ja,aja".

Y añadí:

"Tú eres un alumno del colegio ----, y estás en clase de informática ¿Verdad?"

De inmediato, se cortó la comunicación, ante la risa de mi sobrino y yo. A saber, si ese alumno, me tomó por algún pez gordo.  

                                                                                      
¿Qué hora es?

Fue cerca de primavera de 1.985, probablemente un martes. Ese día no tenía inglés, y me fuí a la biblioteca a leer. Cogí un libro sobre la 2ª guerra mundial. Estaba leyendo la descripción de la persecución y hundimiento del Bismarck. De repente, noto un malestar. Era como un terrible mareo. Las letras del libro, me bailaban, y no podía leer. Levanté la cabeza, y miré al frente. Me dí cuenta de que una adolescente, de unos 14 años, me estaba mirando fijamente. Entonces, me preguntó:

Oye ¿Tienes hora?

Sí, son las 7 de la tarde.

Muy contenta, se acercó a su amiga, al tiempo que le decía:

¡Ay! ¡Me ha dicho la hora! ¡Me ha dicho la hora!

Me dejó helado ¿Tenía mi malestar algo que ver con el amor juvenil de esa chica? Diría que sí. 


¿Tarde de fiesta?:
 

Era en primavera de 1.981, más o menos. A mi primo, un compañero de clase, le acababa de presentar un amigo, al que llamaban “Koke”, o algo así. El susodicho “Koke”, era un charlatán caradura de cuidado. Al poco de conocer a mi primo, pretendió, que hiciéramos una fiesta, los miembros de su pandilla, y los de la suya, en una casa, que tenía vacía. A mi primo, no le gustó esa confianza, y le dio largas. Que si su madre no quería....que si los vecinos se iban a quejar de la música, etc.

 
Koke, consiguió convencerlo para que se lo pensara. De hecho, sin haber llegado a un acuerdo, quedamos en ir, llevando cada uno sus cintas de música. Las bebidas, se comprarían luego. Fuimos. Pero mi primo, no estaba convencido ni mucho menos. Después de llegar nosotros, fueron llegando los amigos de Koke, quienes se asustaron al vernos. Teníamos un aspecto melenudo-greñudo, típico de los heavy-metaleros, al contrario que ellos, que iban más elegantes.
 
Mi primo, discutíó con Koke. Unas veces, parecía que iba a ganar uno, y otras, el otro. Los amigos de éste último, no se sintieron molestos si finalmente no había fiesta...Si no podía ser, no podía ser J
. Mientras ellos hablaban, uno de mi grupo, le preguntó a un amigo de Koke:
 
-Oye ¿Qué grupos de música habéis traido?
 
A lo que respondió literalmente:
 
-“Asedese” y “motorjí”. O sea, “AC/DC” y “Motorhead” (en inglés, se pronuncia distinto, a como lo dijo el chaval).
 
Cuando parecía que mi primo, iba a ceder, llegaron unas chavalas que venían con el grupo de Koke. Mi primo las reconoció. Un día quedó con ellas para conocer a una, y lo dejaron tirado.
 
Entonces, se encerró en si mismo, y dijo que no. Rotundamente no; para desesperación de Koke (y alivio de sus colegas  J
). Mientras éste hablaba con ellos, sobre lo que hacer, mi primo se acercó a las chavalas, y les dijo:
 
-¿Os acordáis del día que me dejastéis tirado?
-Sí, respondieron ellas.
-Bueno, pués he estado a punto de cambiar de opinión, pero al veros llegar, he decidido que no va a haber fiesta.
-Ya nos lo hemos imaginado. Respondieron con tristeza.
 
Cuando se fueron, nos echamos a reir. Nos hizo especial gracia eso de “asedese” y “motorjí”. En nuestra opinión, esa gente no llevaba ese tipo de música, sino que lo dijeron, para que no nos burláramos de ellos.
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Príncipes y mendigo:
 

Esta anécdota la escuché hace varios años. Una mujer, se la estaba contando a su amiga:

 
“Estábamos dentro del autobús. Entonces, entró un mendigo muy conocido, y muy simpático, que se puso a pedirnos limosna. Luego, se bajó, y se despidió amablemente de nosotros. Entonces, escuché una conversación, entre dos hombres. Eran extranjeros, y como tú sabes, mi marido, y yo, nos fuimos a trabajar a ese país, hace varios años.
 
Estaban diciendo lo siguiente, por supuesto, en su idioma:
 
-¿Has visto ese mendigo que ha entrado?
-Sí, es uno de los muchos mendigos que hay por aquí.
-Eso es, España, está llena de ellos.
 
No me pude aguantar, me dirigí a ellos,  y les hablé en su misma lengua. Les dije, esto:
 
-Buenos días, señores. Sí, tienen razón. En España, hay muchos mendigos. Pero en su país, también los hay, y en mayor cantidad que en España. Pero hay otra cosa más. Además de mendigos, allí hay muchos hijos de p*t*.
 
Los extranjeros, se quedaron muy calladitos, el resto del trayecto”.
 

Unas monedas especiales

 

Hace tiempo, me contaron ésta anécdota:

 
En  una calle, estaban haciendo obras. No muy lejos de allí, había una joyería. En eso, que el joyero, ve entrar a uno de los trabajadores de dicha obra, con mucha prisa, al tiempo que enseñaba una bolsa de plástico, mientras se asomaba nerviosamente a la calle.
 
-Buenas. Vengo de las obras de allí, y me he encontrado éstas monedas ¿Cuánto me da por ellas? ¡Pronto! Antes de que el capataz se dé cuenta, de que me he ido.
 
El joyero, les echó un rápido vistazo, y pagó al obrero, lo que creyó conveniente. Cuando se marchó, cogió la bolsa, y se llevó una desagradable sorpresa. Las monedas, eran de escayola pintada.
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Esos adorables chiquitines

 

Una mujer, que trabaja en la casa de una conocida mía, me contó la siguiente anécdota:

 
“Estaba limpiando el suelo, cuando de repente me veo a la hija de la dueña. Tenía, 4 años. Se quedó mirando el suelo, como si quisiera pasar. Así que le dije:
 
“Oye, no vayas a pisar ¿Eh? Que el suelo está limpio”.
 
La niñita, al oir eso, sonrió, y pegó un fuerte pisotón. Le grité.
 
“¡Niña! ¿No te estoy diciendo que no pises? ¡Estate quieta ya!”.
 
Así que volvió a pisotear otra vez.
 
Cuanto más le gritaba, con más maldad pisaba. Lo cual significaba más trabajo extra. Harta ya de que la niña, se pusiera a bailar un zapateado, en la parte limpia, y dándola por imposible, me desesperé, y aprovechando que la madre había salido, le dije un disparate:
 
“¡Mira niña. Que te den por el culo!”
 
Entonces, la “simpática” niñita, para rematar la faena, se dio la vuelta, y se puso a darse palmaditas en su culito”.
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Enfado....¿Injustificado?
 

Recuerdo, que cuando estudiaba F.P. los de una clase dábamos las asignaturas comunes con los de otra. Uno de la otra clase, parecía haberla tomado conmigo, medio en serio, medio en broma, y de vez en cuando, me soltaba comentarios extraños, con cierto aire hostil. Pero lo curioso, es que no me conocía de antes ¿O tal vez si? Después de todo, reconozco que  tengo muy mala memoria.

 
El enigma, me fue revelado a final de curso, cuando un compañero me lo explicó:
 
“El mosqueo que tiene contigo, se debe a un examen de matemáticas, de principio de curso. El se sentó a tu lado, y como te vió escribir muy decidido, se creyó que tu eras un empollón. Muy contento, se copió de tí. Y ya se disponía a entregar su examen, cuando vió que tú te pusiste a rectificar, y a tachar. Se quedó de piedra. Por supuesto, suspendió.”
 
Sonreí. En efecto, me acordaba de ese examen.
 
¿Cómo se puede ser tan imprudente de copiarse de mí en matemáticas? Laughing
                                                      
                                                
Un profesor muy estricto
 

Erase un profesor de matemáticas, de apariencia muy seria, pero que era una gran persona. Sin embargo, tenía un defecto...o virtud; según se mire: No permitía que en su clase, llegaran tarde los alumnos poco estudiosos. Si lo hacía, un alumno normalito, miraba el reloj, y decía:

 

-Puede usted entrar, pero a ver si llegamos antes.

 

Sin embargo, cuando eran los golfos de la clase, su actitud era completamente distinta, y no los dejaba pasar. Como quiera, que la mayoría de las veces, dichos alumnos, juraban y perjuraban que era temprano, no porque quisieran dar clase, sino para llevar la razón; el profesor, les decía más o menos lo siguiente:

 

-Son las 9 y 5 minutos. Si fueran las 9 y 3 como máximo; lo dejaba entrar. Pero como usted insiste en que es temprano ¡Me juego con usted el aprobado de todo el curso a que ha llegado tarde!

 

El aturdido alumno, pedía que se lo explicara mejor. No daba crédito a lo que oía. El profe, divertido se lo explicó:

 

-Sí, hombre. Usted me demuestra, que mi reloj está adelantado, y le apruebo toda la asignatura de matemáticas, de éste curso. Pero si pierde, le suspendo hasta septiembre.

 

Era entonces, cuando el pobre golfillo, abrumado por los acontecimientos, daba la vuelta y se iba. El profesor, sonriente, insistía.

 

-¿Qué? ¿Ya se va? ¿No quiere jugársela? Con lo decidido que me dijo que era temprano ¿Ahora va a resultar que no está tan seguro?

 
Esto pasó, al menos 4 ´ó 5 veces en mi clase, y ninguno quiso jugarse el aprobado.
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Una compra muy moderna.


Era a mediados de los 70. La moda de entonces, era ir a Ceuta a comprar cosas "modernas". Los gaditanos, aprovechábamos la festividad de la Patrona, el día de la Virgen del Rosario, para ir (actualmente, vamos a Gibraltar ;) )

Mi padre compró un casette pequeño, que era con radio y despertador. lo guardó en la maleta, camuflado para que en la aduana, no le hicieran pagar más dinero.

Entramos en el autobús, nos sentamos. Justo en ese momento, sonó la radio despertador a todo volumen. Nos quedamos de piedra. Si hubiera sonado, cinco minutos antes, nos habría delatado en la aduana.
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Cuidando el agua

 

Allá, por 1.981, estando de campamento, en Cazorla con los scouts, recuerdo que una de las preocupaciones de los cocineros, era el agua. No se fiaban, y tenían que desinfectarla. Creo recordar, que para una desinfección, había que echar dos gotas de lejía, cada 20 litros, o ¿Eran 40? Lo cierto, es que la cantidad, les supo a poco, y se les fue la mano.

Poco tiempo después, casi todo el mundo, cogimos unas diarreas, terribles.
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¡Bombardeo!
 

Era por el año 1.992 aproximadamente, en Sevilla. Unas amigas de mi hermana, estudiaban. Hacía una terrible calor en el interior de la pensión. El Sol bombardeaba sin piedad, a las pobres estudiantes. Por eso, decidieron ponerse, cerca de la ventana, para que entrara el aire. Pero como eso les supo a poco, pusieron un ventilador.

 

De repente, una ráfaga de viento, cerró bruscamente la ventana....¡Llevándose de camino el ventilador hacia la calle!

 
Cuando las chavalas llegaron abajo, vieron su ventilador, destrozado, como si fuera un avión de la segunda guerra mundial, derribado. No muy lejos, estaba un hombre, que les dijo lo siguiente:
 
“Estaba yo andando tan tranquilo, cuando escuché un  fuerte portazo ¡Y menos mal que me dio por mirar hacia arriba! Porque vi, ese ventilador, caer justo encima mía. Tuve que aligerarme para que no me diera. Si no, me mata”.
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Una mañana en la azotea

 

Recuerdo, que era muy pequeño. Tal vez, cuatro o cinco años. Estaba con mi madre en la azotea, tendiendo la ropa. Entonces ví, una piedra, que estaba debajo del palo que sostenía los tendederos. Así que, me dio por coger la piedra, y tirarla a la calle, aprovechando una distracción de mi madre. Al rato, subió un guardia de esos a los que llamaban “calimeros”, acompañado de una anciana. Esta venía quejándose, de que faltó muy poco para que le cayera la piedra encima.


 

No me castigaron, pero me asusté.

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La duda de Manolito

 

Un día, un compañero de clase, llamado Manolito, tuvo una duda. No era nada de estudiar. Era una duda, que puede tener cualquiera. En éste caso, me preguntó:

 
-Oye, a ti que tanto te gustan los aviones, y todo eso ¿Qué es un “Skywalker”?
 
Me encogí de hombros, curiosamente, ese nombre me sonaba un montón, pero no acertaba qué clase de avión podría ser. Todo lo más, que recordaba, era el “Sikorsky”, un helicóptero de transporte, que participó en la guerra del Vietnam. Pero no iban por ahí los tiros.
 
Como no supe responder su enigma, preguntó a varios compañeros, con el mismo resultado: A todos les sonaba el nombre un montón, pero.....
 
Lo peor del caso, es que dentro de un par de horas, teníamos un examen. El profesor de la clase siguiente, tuvo el detalle de dejarnos estudiar para el examen. Manolito, estaba detrás mía. Yo le escuchaba susurrar.
 
-Skywalker........... ¿Qué será un Skywalker?.......¡Ah!
 
Su compañero de al lado, aprovechó que el profesor salió un momentito, para decirle:
 
-¡Manolito con tu Skywalker! ¡Por tu culpa me estoy calentando el coco, y no puedo concentrarme! ¿No se te pudo ocurrir en otro momento preguntar por el dichoso Skywalker, ese? No, si verás como por tu culpa, hasta voy a suspender.
 
No fue el único, otros de alrededor, dijeron lo mismo. Manolito, en silencio, se encogió de hombros.
 
Entonces me acordé: Skywalker, era ni más ni menos, que Lucke Skywalker, el protagonista de la guerra de las galaxias. Así que se lo dije, para satisfacción de Manolito, y alivio de los demás, que por fin, pudimos estudiar tranquilos.
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Una tarde en el parque

 

Era una tarde de verano, creo del año 1.974. Yo tenía 11 años. Acababan de inaugurar el parque infantil de S. Severiano, muy próximo a la entonces droguería de mi padre. Anteriormente, era un hermoso jardín abandonado. Creo con gran probabilidad, que era jueves. Había mucha gente. Recuerdo que había un enorme tobogán, al que quería subirme. Al hacerlo, lo hice con dificultad. No muy lejos de mí, estaba una prima de mi madre, acompañándome. Entonces, noto una mano fuerte en el hombro. Lo primero que se me ocurrió pensar, es que era uno de los amigos graciosos del barrio, que me quería empujar o dar un susto. Por ello, le dí un manotazo, sin molestarme en mirar atrás. Entonces, oí un vozarrón:

 

“¡Eh niño! ¡A ver si tenemos mejor educación!

 

Volví la cara, y...¡Sorpresa! Detrás mía, había al menos tres personas vestidas con corbata y chaqueta. La más próxima a mí, era manco, y tenía cara de asombro. Los otros dos, uno me miraba con seriedad, y el otro me regañaba. Todos me miraban. Asustado, decidí seguir en el tobogán, y salir pitando de allí. No sabía quienes eran, pero me temía que eran peces gordos. Aún tuve tiempo de oir como le armaban la bronca a Paqui, a la que confundieron con mi madre. Entonces fui a la droguería, que por cierto estaba llena de clientes. Ya se habían enterado de lo ocurrido, y le decían a mi madre:

 

“Mira Isabel, ahí está tu hijo: Le ha pegado al alcalde”.

 

En efecto, ese hombre manco, era Jerónimo Almagro Montesdeoca, alcalde de Cádiz.

 

Me pasé toda la tarde en la droguería, en un rincón. Esperando que de un momento a otro, me llevaran a comisaría, tal y como decía mi madre que iba a suceder. Afortunadamente, no pasó nada, pero el susto me lo llevé. Un fotógrafo gaditano, Juman, al parecer tomó una foto del suceso. Mi madre se la pidió, pero no se la quiso dar ni vender.

 

Mira que pasarme esto a mí, con lo tranquilo que soy. Está visto; tiro una piedra al aire y derribo un avión.

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Partiendo botellas

 
Partir botellas, era nuestra diversión favorita. A mi primo y a mí, nos gustaba pasear junto a la vía del tren, y romperlas. Con frecuencia encontrábamos cosas interesantes. Un día de Semana Santa de 1.984, fuimos también. Encontramos unos interesantes dibujos abandonados, hechos con lápiz grueso. Nos los quisimos quedar, pero ensuciaban mucho. Así que pusimos las botellas, junto a la vía. Con éstas, colocamos un enorme y grueso cenicero mellado de oficina. Me pregunté cómo lo íbamos a romper. Se veía muy duro. Cogimos las piedras. Yo me dirigía a coger las mías, cuando oigo la voz entrecortada de mi primo, decir:
 
“¡An...toni...o!”
 
En eso, me llevé un susto de muerte. Ví salir al tren, muy cerca de mí. Nos habíamos colocado en un sitio peligroso y de poca visibilidad. Las botellas que estaban puestas de pié, cayeron junto a la vía, y sin que el tren las tocara, reventaron por la boca. Recuerdo que me asusté, creyendo que el cenicero fuera a descarrilar al tren. Pero no . el tren le destrozó en pedazos muy pequeños. El conductor, me miraba entre asustado, y con odio. Era un lento mercancías. Delante de mí noté una brisa aterradora. Si hubiera dado dos pasos, me habría arrastrado. Y si en lugar de un mercancías, hubiera sido un tren rápido.....
 
Cuando se fue, nos quedamos mirando asombrados al prácticamente desintegrado cenicero, así como a las descabezadas botellas. Nos fuimos a otro sitio, donde tuviéramos más visibilidad.
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La lista de los caprichitos

La lista de los caprichitos

Todos y cada unos, tenemos nuestros caprichitos. Hace tiempo, cada vez que quería comprarme algo, tomaba nota en una lista, y la guardaba en el bolsillo. Era una lista larga, en ella abundaban juegos de ordenador, música, libros, etc. Desde hace un tiempo, la lista es más reducida. Libros, solo algunos, la música no me gusta mucho la actual, y los juegos, para mi sobrino. De DVDs, pocos, tal vez alguna vieja, que tengo de mala calidad, o en vhs. O alguna película de acción como "La liga de los hombres extraordinarios", o las recientes de los héroes marvel, como Spíderman 2, o los 4 fantásticos, o incluso la esperada X-men 3. Tampoco descarto tener toda la serie de Star wars, en dvd, y poco más ¿Será la vejez? >:)

Una cosa distinta, es comprarte algo que necesites. En éstos momentos, mi tarjeta del móvil está agotada. Al parecer, debo comprarme otra antes de que empiece mayo. La correa de mi relj, está rota. Y son tan caras, que es más rentable un reloj nuevo. Mis gafas de sol, están arañadas, y son muy oscuras. Mi monedero, es feo pero práctico. No estaría de más comprarme otro más bonito. Cada poco tiempo, tengo que comprarle pilas al mp3. Igualmente, debo mirar que no falte una cinta para la cámara de video, por si hiciera falta. Tampoco estaría de más, comprarle una pila recargable, que la que tiene se le esá agotando. No menos importante, es tener carretes para la cámara polaroid, que hace tiempo que no saco fotos. Estoy viendo que la impresora, no funciona bien. El cargador de tinta, parece agotado. Pero cuesta tanto, que es preferible una impresora nueva.

Ahora entiendo porqué sin darme cuenta, estoy casi siempre sin dinero. Hace varios meses, estuve antojado de un PDA o libreta electrónica, pero en éste cursillo, se la vi a un profesor, y le pedí que me explicara su funcionamiento. Cuando lo hizo, llegué a la conclusión de que no era lo que buscaba. No solo son muy caras, sino que no es el instrumento adecuado para sentarse en un rincón, y ponerse a escribir. Su teclado es reducido, y se escribe con lentitud.

Mi caprichito actual, es una cámara digital. Pero tengo que mirarlas bien, porque la calidad varía, y yo la quiero de las buenas. Tampoco me olvido de una cámara normal, para tener en papel los recuerdos. La polaroid, me sale muy cara. Casi preferiría que no me la hubieran regalado.

Claro, que para tener dinerito, hay que tener trabajito. A ver si encuentro algo.

En Madrid con los scouts

En Madrid con los scouts

Fue con motivo del festival de la canción scout, el 1 de mayo de 1.981. Antes de ir, tuvimos que hacer una serie de cosas, no muy agradables para que el viaje nos saliera más barato. Tales como vender pegatinas, papeletas, e incluso cintas de cassette.
 
Mi hermana, formaba parte del grupo que iba a cantar. Se llevaron toda la tarde, ensayando en la casa discográfica “Izquierdo” tan conocida en Cádiz, en época de carnavales. Cuando llegaron las cintas, pudimos comprobar con espanto, que nos habían timado. La portada, la habían puesto en blanco y negro (La portada era una foto del coro, realizada en el colegio Salesianos, junto a la estatua de D. Bosco). Así que mandamos las cintas de vuelta, para que nos la mandaran en color.
 
Vender papeletas, fue una auténtica cruz. Me pasé los sábados por la mañana, entre la droguería de mi padre y el bar de mi tío, intentando venderlas (los días entre semanas, asistía a clase de F.P.) De 20 papeletas, solo vendí 10. La gente, tuvo más o menos la misma suerte que yo. Los únicos que vendieron algo, fueron los “lobatos”, que al ser niños, la gente les prestaba más atención, y les compraban. Pero solo por simpatía.
 
De las cintas y pegatinas, peor que peor. Tuvimos poca vista. Eso de scouts, en los años 80, le sonaba a la gente a franquismo, y militarismo. No conviene olvidar, que el 23 de febrero de ese mismo año, hubo un intento de golpe de estado, que fue graciosamente parodiado en los carnavales de Cádiz. Curiosamente, las cintas se pasaron mucho tiempo, estorbando, dentro de una bolsa, detrás de la puerta de mi cuarto. Compramos una para nosotros, y no fuimos capaces de vender ni una más. Actualmente, la estamos buscando, pero no la vemos.
 
Un día, Pedro, el jefe principal, nos reunió a todos, y nos armó la bronca.
 
-¡Aquí faltan 20.000 pesetas! Exclamó enfadado.
 
Yo, por lo bajo, hice un comentario gracioso.
 
-A mí que me registren.
 
Uno que estaba a mi lado, se echó a reir, pero con una risa escandalosa, le costaba trabajo contenerse, los de su alrededor, lo miraban asustados. Yo, el que más, ya que fui el autor del comentario. Pedro, seguramente, se dio cuenta, pero decidió ignorar la gracia. Después de todo, era un gran diplomático, y pocas veces se enfada. Este siguió con su discurso.
 
-¡Sí, faltan 20.000 pesetas! ¡Las que podríais haberos ahorrado, y hacer el viaje a Madrid gratis! Así que ya lo sabéis. Se os descontará solo lo que hayáis vendido.
 
Así que nos pusimos en marcha. Algunos, se llevaron cintas y pegatinas, para venderlas en el festival ¡Ingenuos! Solo consiguieron llevar, más bulto en el equipaje.
Durante el trayecto en el autobús, nos pusimos a cantar canciones scouts, y canciones típicas de los carnavales de Cádiz. Cuando decayó el ritmo, porque se estaba haciendo de noche, pusieron la radio. La noticia más destacada, era que el miembro del I.R.A. irlandés, Bobby Sands, tras haber realizado una huelga de hambre defendiendo los derechos de los presos políticos, estaba a punto de entrar en coma irreversible, si no se hacía algo. Pero los ingleses, no daban su brazo a torcer, consiguiendo con ello, la indignación del mundo entero. La noticia la repitieron una y otra vez.
 
Cuando la gente empezaba a quedarse dormida, un patoso, al que llamábamos “El Churrero”, se puso a gritar:
 
“¡Aquí no duerme ni Dios!”
 
Y así estuvo haciendo el gilipoyas a grito pelado, toda la noche, casi cada veinte minutos. Lo mandábamos a callar, pero nada. No se callaba el pesado. Al revés, más gritaba.
 
Junto a nosotros, viajaba otro autobús, con los padres que quisieron venir. Ellos, dormirían en un hotel pagando sus gastos.
 
El festival, fue muy animado. Si no recuerdo mal, quedamos los segundos. Como de costumbre, hubo polémica sobre los que merecieron ganar. A la hora de dormir, nos llevaron a una sala vacía de un colegio. Cogimos nuestros sacos, y......No. Nada de dormir. Hubo varios, que en voz baja y por señas, nos indicaban que no durmiéramos todavía, ante nuestras caras de asombro, sonrieron maliciosamente, al tiempo que señalaban a una persona ¡Era el Churrero!
 
Sonreímos. Nos pareció una idea estupenda. El mencionado “Churrero”, estaba que se caía de sueño, Normal. Se había pasado prácticamente toda la noche dándonos la lata. Nos acercamos sin hacer ruido. Tenía los ojos cerrados. Uno de nosotros, exclamó:
 
-Eh, Churrero.
-¿Si? Dijo éste con voz cansada.
 
Entonces dijimos a coro:
 
¡¡¡Aquí no duerme ni Dios!!!
 
-¡No! No jodáis. Estoy muy cansado. Sois muy vengativos ¿Eh?
 
Fuimos buenos. Solo le dimos la lata un rato.
 
Estuvimos en Madrid, 3ó 4 días. Nos llevaron a ver a otros scouts, y cambiamos impresiones con ellos. Varios de ellos, nos guiaban por la ciudad. Yo que de Madrid, solo conozco las calles, de jugar al monopoly, les pregunté por una de ellas:
 
-¿Y la calle Serrano? ¿Dónde está? 
-Esa está muy lejos. Ayer la pasamos.
 
Fuimos también al valle de los caidos. Me sorprendió mucho los enormes ángeles de piedra que había, lo mismo que la gran cantidad de tapices. Pero no había mucho que ver.
 
A la hora de comer, íbamos a los self-services. La comida no era muy buena. También paseábamos por la noche. Una de las veces, los mayores (De 17 años en adelante) pedimos que nos dejaran salir de noche a las discotecas. Al principio, Eduardo, el 2º jefe, nos dijo que sí, pero con la condición de que no llegáramos muy tarde. Pero seguramente, debió recordar que los padres, habían venido con nosotros, y dijo que no. Rotundamente no. Sin más. Simplemente, no podía ser.
 
Nos enfadamos, y protestamos ruidosamente. No hubo forma de convencerlo. Pese a que muchos eran mayores de edad, Eduardo dijo que no podía dar permiso, ya que al ser scouts, debíamos aceptar sus normas. Así eran aquellos tiempos, tan cargados de puritanismo.
 
Fueron unos días interesantes. Recuerdo que cada vez que íbamos a alguna parte en el autobús de alquiler, nos cruzábamos con la estatua de La Cibeles.
 
Me gustaría ir otra vez algún día, a ser posible, con gente divertida.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Luz y mar

Luz y mar

Estaba amaneciendo. La luz del Sol, iluminaba la playa, dándole un deslumbrante color al mar.

Allí estaba ella, mirando. Tal vez, soñando.
La tristeza, se reflejaba en sus ojos. El viento movía su oscuro cabello, al que los rayos del Sol, llenaban de esplendor.
Estuve un tiempo, mirándola, sin atreverme a hablarle. Aún no se había dado cuenta de mi presencia.
Inmóvil, como una bella estatua, estuvo durante un buen rato. La arena, danzaba a su alrededor, sin interrumpìr sus meditaciones.
El cielo, se iluminaba cada vez más, invitando a disfrutar de la vida, y a la alegría de vivir.
Pero ella, seguía igual, en su eterna contemplación del mar. Tal vez, quería atravesarlo con la mirada, y llegar a esas tierras de ensueño, que anhelaba.
Yo, vacilé ¿Debo acercarme, o dejarla soñar?
Así estuve durante un rato, luchando en mi interior, temiendo interrumpirla.
Nada. Solo paz, la arena en movimiento, y el balanceo de su oscuro cabello.
A lo lejos, un perro correteaba, jugando con su amo, al tiempo que ladraba alegremente. Más allá, a lo lejos, un hombre, se metía en el agua, y agachándose en el fondo, exploraba el fondo marino  para conocer las maravillas de su interior, o descubrir la ciudad sumergida de Tartessos. Sentí envidia al no estar en su lugar.
Ante tal espectáculo, apagué la música de mis oídos,  para entender el diálogo, entre el mar, el Sol, la arena y el viento.
Inspirado, creí oir una invitación, para acercarme. Sí, no puede más.
Así que decidí ir a por ella. Su presencia, es toda una bendición, pero su ausencia, es el más terrible de los dolores.
Ella, seguía inmóvil. La arena, con furia, me golpeaba, como si quisiera hacerme desistir.
Si bien, no consiguió detener mi marcha, sí consiguió hacerme llorar. Pero ¿Fue la arena?
Ya estaba cerca, y la arena seguía, dale que dale, golpea que golpea.
Cegado, conseguí acercarme ¿Qué hara cuando me vea? ¿Se enfadará por interrumpir sus pensamientos?
Entonces, ella sonrió. Y sin volver la cara, dijo con su graciosa voz:
 
“Estabas tardando, creí que no vendrías”.
 
Se volvió hacia mí, desafiando a mis ojos, con su sonriente mirada.
Entonces, ví, que no miraba al mar. Sino al amor y la ternura.

En sus manos, tenía un espejo.

Trabajando en la playa

Trabajando en la playa

                                                                         
Recuerdo que fue un día del mes de julio del 2.001, cuando me llamaron a trabajar. Me enteré de una forma algo accidentada. En aquellos días, no funcionaba bien la cerradura de mi buzón, y más de una vez, se me había atascado la llave. Así que como no preveía nada interesante a la vista, dejé de comprobar si tenía correo. 
Si lo hubiera hecho, habría llegado a tiempo de recoger un aviso. Así que como era sábado por la tarde, y correos no abría hasta el lunes, estuve todo el fin de semana absolutamente intrigado sobre quién pudo habérmelo enviado, ya que no ponía remitente.
 
Nada más llegar, pude ver que era una citación en el INEM, para dentro de media hora aproximadamente. Tenía el tiempo justo.
 
Al llegar, pude saber, que me habían contratado para realizar unos trabajos de limpieza de playa, y que debía presentarme en el ministerio de costas. Allí me informaron de que debía permanecer atento, ya que aunque no sabían la fecha, muy pronto me llamarían.
 
El día de la contratación, pude ver que si no era el más joven ,al menos era uno de los más. En efecto, era el segundo más joven de las 30 personas que había allí, y curiosamente, el más viejo, era tío de el más joven.
 
Había tres mujeres, pero una de ellas, se negó a aceptar el trabajo. Ella estuvo antes en una mercería, y le pareció muy chocante coger una escoba y barrer los módulos.
 
A la primera semana, nos cambiaron de encargado. Lo destinaron a limpiar la Caleta, junto a varios más. Nuestro nuevo jefe, era un hombre, que hablaba muy bajito. Al parecer, un error de operación, le había dañado las cuerdas vocales.
 
Nuestro sector a limpiar, era la parte de cortadura hasta el llamado chiringuito de la Gallega, actualmente, derribado. Pese a pertenecer a Costas, actuábamos en coordinación con la empresa de limpiezas "UTE". Llevábamos uniformes de color celeste, y pantalones azules. El horario fue muy variable, e incómodo. Nos levantábamos de madrugada, y nos recogíamos entre las dos de la tarde y las tres, según la hora.
 
El segundo día de trabajo, uno de los compañeros, no asistió. Nos enteramos que había fallecido su mujer. Cuando vino, y comentó los datos de su fallecida esposa, caí en la cuenta de que la conocía de pequeña. Le pregunté al viudo, y en efecto, era ella.
 
Otro de los compañeros a destacar, era un venezolano. Era muy discreto, pero con el tiempo, nos contó su vida. Su esposa, era española, al parecer de Málaga. Vivía con él, en Venezuela. Allí se ganaba la vida de vendedor ambulante. Al parecer, era un buen negocio. Un día, le salió un atracador, que a punta de pistola se quedó con su mercancía. Para él, era algo normal; simple mala suerte. Pero para su esposa y sus suegros, no. Así que para evitar que volviera a ocurrirle algo semejante, se vinieron a España. Allí encontraría otro trabajo. Resignadamente, y muy a su pesar, se vinieron a vivir a Cádiz. El viudo y él, estaban en constante discusión, y es que, tenía experiencia de marino embarcado, y de haber visitado Venezuela. Uno y otro, discrepaban sobre el ambiente que se respiraba allí, en tiempos anteriores. Al venezolano, le gustaba asistir a misa. Decía que los curas españoles, eran más realistas que los de su tierra. Allí, todos los males, se lo achacaban al diablo, mientras que en España, le ponían nombre y apellidos a los culpables de dichas desgracias. No era lo que se dice un buen compañero. Se quejaba de todo, y cuando veía alguna basura algo alejada de él, nos decía que la cogiéramos nosotros.
 
No menos divertidas me resultaban las paranoias de ese hombre. Un día le dio por advertirnos, sobre el peligro de relacionarse con sus vecinas las colombianas. A su entender, eran muy poco de fiar, decía exageradamente alterado.
 
Nos dejó a la cuadrilla asombrada, ningún argumento que dijéramos en defensa de dichas mujeres, le eran válidos. Y sus razonamientos, muy pobres, absurdos, y llenos de incultura. Creo que semejantes críticas, son normales entre vecinos. Nosotros a las francesas, las ponemos poco menos que de prostitutas. Si un inglés, dijera a otro que se ha enamorado de una española, se burlaría de él, y lo pondría de cornudo.
 
Me hizo mucha gracia el sofocón que cogió. De todas formas, y salvo por el reciente Internet ¿De dónde iba a sacar alguien tan casero como yo, una mujer colombiana? ¿Tan peligrosas son? Es que tiene gracia el tipo éste. Eso pensaba, a finales de verano del 2.001
 
Recuerdo, que con el dinero que cobré, me compré un ordenador, con acceso a internet. También recuerdo, que diez días después, sucedió el trágico 11 de septiembre. De inmediato, me acordé de Bin Laden. Aunque no sabía su nombre de memoría, sí recuerdo haber leído varios meses antes, en la revista “El semanal”, que los yanquis, estaban detrás de él. No hace falta decir, que al día siguiente, no se hablaba de otra cosa entre nosotros.
 
Poco tiempo después, se acabó el verano, y la basura a recoger, era poca. De la UTE, tampoco nos llegaba la furgoneta para trasladarnos. Teníamos que ir andando. En diciembre, acabaríamos el contrato.
 
Un día, de elecciones sindicales, nos llamaron de comisiones obreras, para que les votáramos a ellos. Antes, nos dieron un discurso alentador, animándonos a reconocer nuestros propios derechos.
 
-Señores, ustedes son trabajadores de limpieza de playa ¡Y os lo tenéis que creer!
 
Al poco, me accidenté, al mover unas piedras. Me rajé un dedo, y estuve de baja 3 días. Otro compañero, se cayó un día de la moto. Al verlo con la cara llena de sangre, le dije que se diera de baja también. A lo que respondió:
 
-¡No! Porque si lo hago, me tocará estar en el bar de mi suegro, y aquí estoy mejor.
 
No era el único que tenía otro trabajo, aparte del de limpiador.
 
Como ya faltaba poco para finalizar el contrato, decidimos reunirnos con los de comisiones obreras, Entre nosotros, había otros trabajadores de Puerto Real. Varios, dijeron que cuando estuvieron de baja, se lo descontaron del sueldo, cosa que no nos pasó a nosotros. Cuando el representante de comisiones obreras nos habló, nos dio pocas esperanzas de renovación del contrato. Uno de nosotros, sugirió que escribiéramos una carta a la alcaldesa, sugiriendo que nos contratara por dos meses más, para poder cobrar el paro. Eso se hizo.
 
Pocos días después, varios compañeros, presentaron la carta a la alcaldesa. Esta al leerla, dijo estar muy interesada en nuestro asunto. Claro, que una cosa es estar interesada, y otra, contratarnos. Así que llenos de esperanzas, terminamos nuestro contrato, celebrando una fiesta de despedida el último día...Porque ese fue efectivamente, nuestro último día en aquel trabajo.