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La casa de las chapuzas

Artículos y comentarios

La dimensión de un blog

La dimensión de un blog Estás en mi blog; bienvenido seas. Todo lo que ves, está a tu disposición, para que lo leas, y lo interpretes según tu criterio. Sin embargo, debes saber, que un blog, es mucho más que un sitio en el que puedes escribir lo que quieras.

Un blog, es otro mundo. Y un enlace, la puerta para entrar en él.

En el momento en que clickeas ese enlace, estás viajando a un mundo distinto al que conoces. La persona que escribe lo que estás leyendo, se le conoce con el nombre de “blogger”, o webmaster. En realidad, es el guardián de ese blog. Míralo con atención, fíjate en cada detalle. Los sueños, preocupaciones, fantasías, obras e inspiraciones del guardián, están ante ti. Léelas pacientemente. Deja que tu cerebro se tome su tiempo para interpretar adecuadamente lo que lees.

Lee con atención y tranquilidad. No tienes prisa. El tiempo no pasa en ese mundo que estás viendo. Observa también las ilustraciones; unas son sacadas de otro sitio, otras las ha creado el propio guardián. Sirven para hacer más hincapié en el mensaje que ha dejado.

También verás otros enlaces, otras puertas a otros mundos a los que viajar. Sus guardianes, te recibirán con los brazos abiertos, y te agradecerán que comentes lo que estás viendo, pués forma parte de sus vidas. Y tú también formarás parte de ellos.

Mundos llenos de ternura, ansiedad, poesía, inquietudes, fantasía. Como una catarata vertical de intenso colorido, se abren hacia ti; abiertos completamente a tu interpretación.

Es muy probable que no los veas, pero los presientes. Ellos están allí. Detrás de la pantalla que estás mirando. Tan cerca y tan lejos a la vez, en otra dimensión físicamente inalcanzable. Sin embargo, los intuyes. Tu intuición no te engañará cuando te diga que te están mirando, observando con respeto lo que has escrito. Y si tienes otro blog, no te quepa duda de que algún día, algún guardián, abrirá una puerta desde su mundo, para que otros viajen al tuyo.

Sí ¡Qué gran satisfacción saber que otros guardianes se acuerdan de ti! ¡Qué gran alegría ver que tu mundo está siendo visitado, conocido, explorado, y analizado por otros!

No hace falta que te pongas el casco ni el traje espacial. No te abroches el cinturón. La distancia que te separa de otros mundos, es recorrida instantáneamente, a una vertiginosa velocidad, que te dejará de inmediato en tu destino, sin que ocurra nada grave.

Sí. Así son los blogs.

Se acaba el verano

Se acaba el verano Ya está finalizando el verano. Nuestros atareados ventiladores, podrán disfrutar de un merecido descanso. Los alumnos, empezarán sus clases, con la alegría de volver a ver a sus compañeros, pero con la rabia de ver finalizadas las vacaciones.

Lo que más me ha dolido de éste verano, fue la catástrofe de Nueva Orleans. En realidad, todas las catástrofes, duelen, pero la ciudad de Nueva Orleans, me llamó la atención desde pequeño, sin saber exactamente qué había allí.

Tal vez fuera, porque cuando leía para distraerme, en casa de mi tía, una vez, me encontré con el título de una canción, llamado "Una bruja de Nueva Orleans". Y ya se sabe, que a los niños, todo lo referente a las brujas y lo fantástico, les llama poderosamente la atención. Por ello, qué duda cabe, que ese tornado, también ma ha arrancado parte de mi pasado.

Casi se me olvida, que el 25 de septiembre del año anterior, abrí éste blog, gracias a Mariose. Fue toda una grata noticia para mí, el conocer la existencia de las webs personales. Pese a llevar desde el 2.001 conectado a internet, no lo sabía, ya que me movía poco por la web. Momentos antes, de abrir el blog, ordené mi habitación en sentido contrario. Antes, tenía el dormitorio junto a la puerta de entrada. Ahora lo tengo junto a la puerta de la terraza, y el ordenador, ocupa el lugar que antes ocupaba la cama.

Os preguntaréis ¿Qué tal el cambio?

Pués regular. Si bien, mi cuarto, es más acogedor, a la hora de dormir, estoy más incómodo. Echo de menos la pared a mi izquierda, tal y como la tenía en mi anterior casa, hasta que en 1.999 nos mudamos a ésta. En vez de pared, tengo el armario empotrado. No es bueno dejarse caer, o descolgaré las puertas.

Así que antes de una semana, será otoño. Para mí al menos, es época de reflexión. También echo de menos, el sonido de la lluvia, que tanto me gustaba escuchar en la otra casa. En ésta, apenas la oigo. Como hace frío, cierro la puerta del balcón, quedando la habitación insonorizada.

Así que un poco de paciencia, y veremos qué nuevas nos trae el otoño.

PC: El principio

PC: El principio El ordenador PC: Principio

A principio de los 80, salió un ordenador muy prometedor; el Spectrum 16 k, del cual saldría modelos más avanzados de, 48, y 128 k. De él, hablaré más detenidamente, un día de éstos. A mediados de los 80, resisitía bravamente, la competencia de rivales como el Amstrad, Commodore, o Msx.

A finales de los 80, el PC, empezaba a reclamar terreno, y ya se perfilaba como el sucesor del Spectrum, y sus competidores. La revista, Micro hobby, se quejaba del poco interés, que poníamos los usuarios del Spectrum, por pedir más calidad en los juegos y programas. Parecía, como si todos aceptáramos con resignación, la venida del sucesor. De hecho, la revista Micro manía, cada vez publica menos artículos del Spectrum, y más del Pc.

Enero de 1.992. La revista Micro Hobby, publica su último número, y se despide con tristeza, tras 217 números, desde Noviembre de 1.984. El motivo no son las ventas, que dice ser alto, sino la cada vez más menguante, fabricación de juegos para el Spectrum. Es el certificado de defunción, de dicho ordenador. Para más información sobre el Spectrum, y Micro Hobby, mirad aquí: Micro Hobby
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Creo recordar, que me cogió desprevenido. La llegada de juegos de distinto estilo, como el “Hero quest”, o “Space crusade”, me hicieron pensar, que aún duraría algo más. De mientras, resistiría como pudiera, con las viejas glorias, y lo mejorcito.

Sin embargo, mi cuñado, al poco tiempo, le regaló a mi hermana, un PC, 386, con diez juegos de regalo, ya instalados.

Eso me quitó el sueño. No me atrevía ni a tocarlo. Un día, lo hice, y me llevé un susto. Nada más empezar, me preguntó, qué tipo de pantalla tenía ¿Vga, Cga, o Tandy?

A mí, eso me sonaba a chino. El Spectrum no era tan delicado. Así que pulsé al azar (creo que Tandy), y ¡Oh! Me salieron unos colores muy extraños en pantalla. Ya pensé que me lo había cargado. Por suerte, no fue así, pero el susto fue suficiente, como para no osar tocarlo otra vez, pero sí, para desear uno para mí. Por otro lado, mi ya obsoleto Spectrum + 2, con cassete incorporado, empezaba a emitir sonidos extraños, lo cual me hizo temer una avería. Al parecer, era un engranaje roto, que no afectaba su funcionamiento, pero siempre me temí lo peor.

De alguna manera, tuve la intuición, de que algún día, tendría un PC, y por ello compré algunos juegos, y disquetes, para probarlos el día que tal cosa ocurriera. No se me pasó por la cabeza usar el de mi hermana, por miedo a averiarlo. Además, es muy incómodo acostumbrarte a usar una cosa que no es tuya, y que tarde o temprano, te pedirán. Aún recuerdo, mis precauciones, cuando una de las veces, dejé los disquetes, encima de mi cama, con la manta eléctrica encendida. Llegué a creer, que se borrarían.

Por fin, llegó el día esperado. Era en enero de 1.994. Mi padre, también deseaba un PC. Justo después de reyes, un amigo que acababa de abrir una tienda de informática, le dio una lista de precios. Nos pusimos a comparar, y escogimos un 386, de 40 mhz, de Jump, que nos pareció, lo mejor de lo mejor. Comparado con el Spectrum, era una maravilla. Y al poco, lo compramos.

Entonces, hicimos un descubrimiento: Era mejor que el Spectrum, pero no utilizaba el mismo tipo de software. Además, traía poca memoria “ram”, algo a lo que no le dimos importancia. Como quiera, que por reyes, me habían dado un dinero, que aún no me había gastado, ya supe en qué emplearlo; en comprar memoria “ram.”

Cuando se supo, que teníamos un PC; Miguel, un amigo de mi padre, que ya nos había ayudado, anteriormente, con el Spectrum, nos echó un cable. También vino Paco, un chaval, que era hijo de una compañera de colegio de mi madre, a ayudarnos, Parecía que se habían puesto de acuerdo. Cuando no venía uno, venía el otro. Y eso que no se conocían.

Recuerdo que Miguel, venía más a menudo. De hecho, estaba muy preocupado por culpa de la empresa en la que trabajaba. Se esperaba una regularización de empleo, y nuestro PC, le ayudaba a no quedarse en su casa, pensando, y discutiendo.

Al pobre Paco, lo acribillé de preguntas, que respondió, tranquilamente. Cuando le pregunté, si le resultaba pesado, me contestó:

-“No tiene importancia. La informática, es así. Yo le dí la lata a un compañero, y tú me la das a mí. Es muy normal”. Paco, era una gran persona. Lástima, que en eso de “dar la lata”, no todos piensen como él.

El ordenador, no tardó en dar problemas. Se apagaba solo, y en aquellos días, Jump no tenía servicio técnico en Cádiz, y había que llevar el PC a Jerez. Por fin, se descubrió, que la culpable, era la placa madre, que tuvieron que cambiar.

Con el tiempo, empecé a darme cuenta, de la voracidad del PC. Cada poco, había que ponerle más memoria “ram”, así como lector de cd’s, o cualquier otra cosa. El Spectrum, no pedía tanto.

Dadas las circunstancias, empecé a ahorrar, para aumentar los mhz, y comprarle la tarjeta de sonido. Entonces, mi padre, fue a Jerez, y vió un pentium 133, de rebaja. Así que puso lo que me faltaba, y lo compró. Ahora teníamos un pentium, y un 386. Antes, cogía el PC, el primero que llegara. Ahora, teníamos un PC, cada uno. Mi padre se quedó, con el 386, y yo con el otro. Eso fue en enero de 1.997, justo tres años después de comprar el 386.

Una cosa que siempre me llamó la atención; el Micro Manía, y otras revistas, solían traer programas y utilidades, para que los tecleáramos, y de camino tuviéramos soltura. Sin embargo, pocas veces he visto cosas así para el PC. Me pregunto porqué será, siendo como es, mejor que el Spectrum.

En cuanto a Miguel, pudo regularizar su situación, pero tuvo que irse a otra ciudad, para seguir trabajando. Me alegré por él, pero estaba seguro de que lo iba a echar de menos, como así fue. Y es que llevaba en Cádiz, no menos de 10 años.

FIN

ESCRIBIR CON MAYUSCULAS

ESCRIBIR CON MAYUSCULAS

ESCRIBIR CON MAYÚSCULAS

ME PREGUNTO ¿QUIEN TUVO LA IDEA DE DECIR QUE ESCRIBIR CON MAYÚSCULAS EN INTERNET ERA EL EQUIVALENTE A ESTAR DE MAL HUMOR? SINCERAMENTE, ME PARECE UNA ESTUPIDEZ. VAMOS, QUE SI UNA PERSONA ESTA ENFADADA, NO DEJA DE NOTARSE POR EL CONTENIDO DE LO ESCRITO. ADEMÁS, PARA ESO ESTAN LOS EMOTICONES. Y A UNAS MALAS, BASTA CON PONER ALGO COMO ESTO :-( O ESTO OTRO :( Y ES QUE LAS MAYÚSCULAS ABREVIAN MUCHO. NO EXISTE JERARQUIA ENTRE LAS LETRAS. NINGUNA ES MAS QUE LA OTRA. ES UNA ESPECIE DE IGUALDAD, QUE DEBERIA SER APLICABLE A TODO EN ESTA VIDA. AL PRINCIPIO, PENSE QUE LO DE LAS MAYÚSCULAS ERA DEBIDO A ALGUN FALLO DE PROGRAMACIÓN QUE SE PRODUCIA AL ESCRIBIR CON ESE TIPO DE ESCRITURA, PERO CUANDO SUPE QUE ERA UNA MERA NORMA DE ETIQUETA, MAS O MENOS OBLIGATORIA, ME ECHE A REIR, POR NO LLORAR.

POR ELLO, NO OS EXTRAÑE SI ALGUNA VEZ, ME VEIS ESCRIBIENDO ASI EN ALGUNO DE VUESTROS INTERESANTES BLOGS. SI A ALGUIEN NO LE GUSTA, POR EL MOTIVO QUE SEA, QUE NO DUDE EN DECÍRMELO, Y YO LO RESPETARE.

EN FIN, QUE ME PARECE ABSURDO. EL DIOS INTERNET TIENE DETALLES ABSURDOS, Y ESTE ES UNO DE ELLOS. DISTINTO ES RESPETAR LAS PREFERENCIAS DE UNA PERSONA A LA QUE NO LE GUSTE ESO, PERO GENERALIZAR ¡NO! A MI NO ME VA. ESO ES NI MAS NI MENOS, QUE TIRANIZAR LA INFORMATICA. PUESTOS A IMPONER TONTERÍAS, AUN NO ME EXPLICO PORQUE MOTIVO NO NOS HACEN PONERNOS FIRMES JUNTO AL PC, MIENTRAS SE CARGA EL WINDOWS ¡ES LO UNICO QUE NOS FALTABA! :)

POR CIERTO....UN ERROR MAYÚSCULO COMETERIA YO, SI NO LES PRESENTARA MI LIBRO. NO SE ASUSTEN. NO ESTA SOMETIDO A LA TIRANIA GRAMATICAL DE INTERNET. Guiño

Los blogs: ¿Una obligación?

Los blogs: ¿Una obligación? No deja de resultarme curioso, ver el esfuerzo que algunos blogers, se toman para escribir sus artículos en los blogs. Parece que estuvieran realizando un trabajo para una empresa.

Es admirable, pero a mi entender, un blog, es una especie de diario personal, que el autor, usa para escribir sus impresiones, y comunicárselas a los demás, no una obligación. Yo, que en un principio, abrí mi blog, para poner mis propios relatos, no me escapé a esa intensa necesidad, de convertir los pensamientos en letras. Pero, atención; no por ello me dejo arrastrar por el espíritu competitivo de algunos blogers. Yo voy tranquilo, y a mi aire. Y así estoy con los 3 blogs, que tengo en éste momento.

Quien haya estado en la web de literatura en la que cuelgo mis relatos (grupobuho), y en mi blog http://nocheenelcastillo.blogia.com habrá notado, que alguno de esos relatos, no están puestos. Eso es así, porque como ya indiqué, me tomo la vida con calma, y no quiero que nadie piense, que escribir un relato es coser y cantar. Por ello, los iré poniendo poco a poco.

Por mi parte, creo que nadie me podrá reprochar que le haya presionado para que venga a visitarme. Y por fortuna, nadie me ha presionado a mí. Quiero que esto siga igual. Tampoco me voy a enfadar porque vengan pocos a leerme. Todos somos libres, y hay muchos blogs por leer.

Hay días, que estoy inspirado, y escribo varios artículos a la vez. En cambio, otros, me llevo un tiempo sin poner nada, porque pierdo la inspiración ( Sobre todo cuando vienen mis sobrinitos ;) )

Y la verdad, es que no dejan de sorprenderme algunos blogs, por el intenso valor emocional de sus artículos. En verdad que somos una gran comunidad, no importa cuán distintos sean nuestros contenidos. Sin embargo, hay una cosa que nunca debe faltarnos; es el compañerismo. Si eso falla....todo lo demás sobra.

Cosas de Japon

Cosas de Japon Siempre he admirado a los japoneses. Sin embargo, tienen unas costumbres que nos chocan a los occidentales, algo que seguramente nos despierta la curiosidad. Cuando mi sobrino pone la tele, y salen los dibujos animados del gato Doraemon, lo primero que me llama la atención, es la ausencia de sillas en casa de Nobita, el protagonista. Y es que ellos, no las usan.

Dicho protagonista, es muy afortunado, ya que parece ser hijo único, y tengo entendido que las creencias de los japoneses, les hace pensar, que el primer hijo es al que hay que mimar más que a los demás, ya que es el elegido por los espíritus. Dichas creencias, me las confirmó un conocido, cuyo cuñado es un hombre de negocios japonés, que viaja por muchas partes de España. Su hijo, ya mayor de edad, prefirió quedarse en Madrid, creo. Su padre, le llama por teléfono, para saber si ha encontrado trabajo. La respuesta es siempre negativa, y el resignado padre, le manda dinero para que no le falte de nada. Después de todo, hay que honrar a su primogénito, al parecer, un vividor acostumbrado a la buena vida de los occidentales.

Otra cosa digna de mención, es la creencia en las fuerzas de la naturaleza ¿Se llama sintoismo? Al parecer, una caída de una hoja, no solo es producto del viento, sino de los espíritus de la naturaleza, que quieren decirnos algo. También tienen sus supersticiones, y entre ellas está el miedo al zorro. Parece que dicho animal, no les cae bien. O puede ser que crean que están poseídos por algún mal espíritu. Los americanos, durante la segunda guerra mundial, entre sus planes de invasión a Japón, pensaron en capturar muchos zorros, pintarlos con pintura que brilla en la oscuridad, y soltarlos para provocar el pánico en la población.

El rey D. Juan Carlos, en cierta ocasión, comentó al presidente francés, Mitterrand, el mal rato que pasó un día que dio una conferencia en Japón ¡Todos los asistentes se quedaron dormidos! Como es natural, no dijo nada, y aguantó el tipo como pudo. Mitterrand, sonrió, y le dijo que no debía preocuparse. Eso es un cumplido. Es como si el discurso del rey, les hubiera relajado y llenado de paz.

En cierta ocasión, ví un trozo de película, basada en la realidad, en la que unos jugadores de béisbol japoneses, contratan a un entrenador occidental, creo que yanqui, para que les ayude a ganar. En cierta ocasión, el yanqui, coge una rabieta por el mal entrenamiento, y escupe en el suelo, provocando el asombro de sus jugadores. Su guía, le dice:

-No hagas eso. Este estadio, es sagrado para ellos, y si escupes en el suelo, es como si lo profanaras.

También me encantan las películas, de Akira Kurosawa. El que no lo conozca, le diré, que fue el director de películas, como los siete samuráis, ran o trono de sangre.

Quién haya visto una película japonesa subtitulada, no tardará en notar que hablan de una forma que parecen rugidos de tigre. Y es que usan palabras esdrújulas. Me picó la curiosidad, y estuve atento. En el subtítulo, ponía la palabra “samurai”, pero el protagonista hablaba tan deprisa que no lo entendía. Dí marcha atrás, una y otra vez. Entonces, me dí cuenta que la palabra “samurai”, no es como nos creemos. Lo que pronunciaba era “ sá-mur-aí ”. También probé con otra, en ésta ocasión “arigato”, que significa “gracias”, y lo mismo. La palabra que oí, era “ arí-gató ”. La única que pude reconocer desde el primer momento, era “jai”, cuyo significado saltaba a la vista. Significa “si”.

Volviendo a Kurosawa, debo añadir, que a los occidentales nos encantan sus películas, y de hecho los siete magníficos, es una copia de los siete samuráis. Pero en Japón, fue aborrecido. En los combates, los samuráis admiten que alguna vez en si vida, huyeron o tuvieron miedo. Si fuera una película americana, no nos extrañaría nada, pero atención; el orgullo japonés, no soporta eso, aunque fuera verdad (que lo fue). Para ellos, el soldado japonés, prefería la muerte a la deshonra. Lo peor de todo, es que Kurosawa pertenecía a una familia de samuráis, y por lo tanto estaba deshonrando unas creencias, que le afectaban a él, y a su propia familia. Asimismo, tampoco les hizo gracia, que en una de sus pelis, pusiera a los zorros, como un grupo de personas, danzando en el bosque, con un bigote de gato pintado.

No pocas veces, me he preguntado porqué el típico avion japonés de la 2ª guerra mundial, era llamado “Zero”. Muy sencillo; ese número es el de la suerte para ellos. Pero a mí en los estudios, no me la trajo ;) Y también me preguntaba ¿Cómo era posible que el número zero, sea casi igual en japonés como en español. Muy sencillo; durante un tiempo, se permitió a los misioneros, sobre todo portugueses, predicar en Japón; y claro, aportaron palabras nuevas, tales como zero, rei (rey). Etc.

Supongo que me olvido muchas más cosas, como trabajar horas y horas. Asimismo es de destacar, la atención que el jefe de una empresa le presta a un empleado que se le ha ocurrido una idea para mejorar las ventas. Incluso de los bonsáis. Lo cierto, es que de eso, mis ideas son vagas e imprecisas, y por eso prefiero no hablar de ellas. Pero las costumbres japonesas, son mucho más de lo que he escrito.

Un ascenso de primera

Un ascenso de primera Un ascenso de primera

Este sábado 18 de junio fue destacable para mí por dos cosas, una de ellas mi cumpleaños. Que cumplí.....¡Vaya! Lo he olvidado. De todas maneras, en alguna parte de mi web, lo pone. El otro acontecimiento, es por supuesto, el ascenso del Cádiz club de fútbol; el equipo de la ciudad donde nací y resido.

Poco entiendo de fútbol, deporte que aborrecí a finales de los 70, creo que en 1.977. Y es que de pequeño, me encantaba ir por las noches al estadio con mi padre, disfrutando de un buen espectáculo, mientras me comía un bocadillo de tortilla, bajo la luz de los focos, y por supuesto de la luna. Sin embargo, los domingos era otro cantar, ya que tras el fútbol, solía ir a jugar a casa de mis primos, y en el 90% de los casos, se habían ido a dar una vuelta por ahí, y era casi imposible encontrarlos. En consecuencia, dejé de ir.

En el interior de mi cajón, conservo varios carnets de socio (a ver si me animo y los paso por el escáner, previa censura). El de la temporada 1.973-1.974, solo se ven dos agujeros, lo que significa. que esa temporada solo fuí dos veces al estadio. Es imaginable el enojo de mis padres, quienes decían que ya que me hacía socio, lo menos que debía hacer, era ir a ver todos los partidos locales. Pese a eso, la temporada 1.975-1.976 me apunté, y pasó lo que el sentido común dice que suele pasar. El carnet de esa temporada, está repleto de agujeros, que confirmaron mi asistencia, excepto en los 3 últimos partidos, ya que cuando enfermé del pulmón, seguramente coincidió en una de esas semanas (para mayor detalle, léase el relato “yo y el duende”). Como anécdota, cabe señalar, que algunas veces, nos acompañaba mi hermana, y mira que coincidencia: cuando mi hermana venía; el árbitro era agredido.

A partir de entonces, mi interés por el fútbol, decreció. A ello hay que añadir, que yo era muy mal futbolista, y que cuando jugaba con mis amigos, metía pocos goles. Salvo un par de veces, quizás en 1.986, que mi padre fue a una reunión de radioaficionados a Santander, y me dejó el carnet, creo que no he ido más. Curiosamente, una de las veces, le dejé dicho carnet a mi tío, ya que me dolía el culo, de estar sentado, y no pensaba ir a la semana siguiente. Fué ese día, cuando Mágico González, metió uno de sus famosos goles, creo que al Elche, y yo me lo perdí. Como es natural, mi tío se rió de mí, por habérmelo perdido.

Últimamente, me he planteado ir con mi sobrino, pero los altos precios de la entrada, me han hecho desistir. Creo recordar que los 3 últimos partidos que ví, fueron del Cádiz, jugando contra el Osasuna, con Guruceta de árbitro.

Así que mucha suerte al Cádiz. Que quede el primero de la Liga, y le dé una paliza a esos "grandes", que imagino sin miedo a equivocarme, que ya se estarán echando a temblar, tal y como hicieron anteriormente. A ver si me animo a ir al estadio de vez en cuando, ya que el ambiente futbolístico es maravilloso. Me llevaré a mi sobrino...y veré si puedo convencer a mi hermana para que nos acompañe. >:)

En marcha hacia Benamahoma

En marcha hacia Benamahoma Hace ya muchos años de esto. Fue en julio de 1.979, yo estaba con los boys scouts. Hicimos acampada en El Bosque. Permaneceríamos 15 días. Un día, que yo identifiqué como el 9 de julio, lunes. La tropa, se separó del grupo para ir dos días de marcha a Benamahoma. Yo iba con ellos, tenía 16 años recién cumplidos, hacía menos de un mes. Pese a ser mi segundo campamento (el primero fue en Benaocaz, en julio de 1.975), aún no había superado la tristeza de estar fuera de mi casa ¿Qué clase de espíritu llevaba yo dentro que me hacía ir de campamento, pero que al mismo tiempo me hacía sentirme triste? Me llamaba la naturaleza, eso era evidente....pero la tristeza también. Lo curioso, es que fui, siendo consciente de que semejante situación vivida en Benaocaz, se repetiría. Esa clase de contradicciones, son típicas en mi forma de ser.

Ese día, supuestamente, 9 de julio de 1.979, nos fuimos temprano, después del desayuno. Si mi memoria no me falla, éramos 30 personas, de entre 13 y 16 años, más el jefe, que tenía unos 20, aproximadamente. Nos dieron latas de comida, paelleras y utensilios de cocina que aumentaban el peso de nuestros ya abultados equipajes. Yo cargué con una enorme lata, creo que de habichuelas ¿Necesito decir la terrible calor que hacía, en verano por aquellos parajes? Para colmo, el jefe estaba de mal humor. El siempre tan alegre... ¡Pero no! Ese día no. Era el preludio de un auténtico día de perros, casi sin precedentes en mi vida. Pero al mismo tiempo, un día felíz, e inolvidable ¡Qué contradicción! ¿Verdad? Pero, sigamos leyendo, que apenas si hemos empezado el relato.

¿Cuántos kilómetros hay de El Bosque a Benamahoma? A mi me parecieron 100, pero lógicamente, eran muchos menos. Cogimos por un atajo, por el que el año anterior, los scouts, habían cortado camino. Estaba lleno de matas. Nos pinchábamos a cada centímetro que avanzábamos. Aquellos que llevaban pantalones cortos, daba pena verles las piernas. Pero los que los llevábamos largos, no por ello nos libramos de la crueldad de las matas, que con malvada habilidad, se introducían por el más mínimo hueco. Tenía los zapatos llenos de hojas de arbustos, y me estaban saliendo ampollas. Ibamos cansados, de andar, agobiados por el sobrepeso de las mochilas, el calor ¡Y ahora las punzantes matas que nos impedían avanzar!

La gente se puso a protestar, y con razón ¿Para qué hablar de la rabieta que tenía el jefe? Entonces decidió que descansáramos, y dejar a los guías que buscaran un atajo. Queríamos cortar camino, y nos habíamos metido de lleno, en un zarzal. Al poco vinieron. No les fue posible avanzar mucho más. Nos dijeron que el camino estaba bloqueado por una inmensa vegetación de matas pinchantes, que desafiaban a aquel que quisiera cruzarlas. Un desafío, del que indudablemente, llevábamos todas las de perder.

Así que otra vez, marcha atrás, y a empezar desde el principio. No digo nada de los comentarios y protestas de los compañeros, acerca de la falta de previsión de los guías. Echábamos de menos el campamento base. Allí las únicas molestias, eran las moscas, que pasaban de todo, y te molestaban constantemente. Algo lógico, si tenemos en cuenta que vivían sin temor, y en completa libertad. Otro problema, aún más molesto, eran los ciervos volantes. Volaban, y se te posaban encima. Apenas tenías tiempo de agacharte al escuchar el zumbido de sus alas, un segundo antes de que aterrizaran. Me llevé muchos sustos, pero por fortuna, nunca me picaron.

-Pero si el año pasado cogimos por aquí, lo recuerdo perfectamente. Dijo uno de los guías, tratando de justificarse.
-Sí, pero las plantas crecen. No te acordabas de eso ¿A que no? Exclamó un compañero.

Recuerdo que cuando llegamos, nos sentamos a comer en unas mesas y asientos, hechos con troncos para los domingueros. Habían muchas chapas de refresco tiradas. Me inventé un juego de gran aceptación, que consistía en coger varias chapas, y empujar las del contrario fuera de la mesa. También cogí varias anillas de latas de refresco, y me las enganché como recuerdo en la cuerda de mi sombrero.

Cerca de allí, había un pequeño grupo de scouts, de unos 20 años. Eran menos de 10. Nos hicimos amigos. Entonces, descubrimos que nuestras cantimploras estaban vacías, evidentemente, nos habíamos bebido el agua por el camino. Gracias a ellos, supimos que había un bar, pero que estaba lejos, en el cual podríamos llenarlas de nuevo. Estábamos junto al río, pero las verde-amarillentas aguas de la embarrada orilla, no invitaban precisamente a beber.

Por ello, Pedro, nuestro jefe, nos prohibió bañarnos. Estaba un poco inquieto. Del campamento principal, debieron habernos traído la cena en uno de los coches. Los de las cantimploras, tardaban. Varios de mis compañeros, aprovechando una momentánea ausencia de Pedro, desobedecieron y se bañaron. Otros se pusieron a mover piedras, para no aburrirse. De una de ellas, salió un alacrán que le picó en el pié a un chaval que estaba cerca. Afortunadamente, uno de los scouts del otro grupo, era ATS, y le curó la herida.

De repente, uno de los que debían traernos las cantimploras llenas de agua, se asomó con cara de culpable. Le preguntamos qué le pasaba, y salió corriendo. Ante eso, nos enfadamos. Egoístamente, lo que más nos dolió, fue verlo sin las cantimploras. Temíamos que las hubiera perdido, y no quisiera decírnoslo. Uno de los nuestros, con bastante sentido común, nos dijo:

-No penséis tanto en vosotros mismos. Las cantimploras son lo de menos. Hay que averiguar qué le ha pasado, y porqué los otros no están con él.

Entonces fuimos a buscar a Pedro, que al parecer estaba asomado por el camino para ver si veía llegar al coche con la comida ¿Tenía Pedro suficientes preocupaciones? Al enterarse de lo del alacrán, la escapada del chaval de las cantimploras, y verse a varios con el pelo mojado, desobedeciendo sus órdenes, cogió el mosqueo del siglo. Para rematar la cosa, vinieron los otros dos del grupo de las cantimploras, dijeron que su compañero, se había cabreado. El sitio estaba lejos, no quería cargar con más peso, y el sol, le jugaron una mala pasada, y se fue enfadado, dejando las cantimploras en el suelo. Al poco, regresó. Como quiera que en su relato, habían comentado, que habían comprado avellanas en el bar, y se las habían comido por el camino, Pedro les dijo:

-Bien. Tenemos poca comida para cenar, pero como vosotros ya habéis comido, os quedáis sin cena.

Entonces, mandó otro grupo con las cantimploras. Entre ellos yo. Estuvimos un largo rato andando, por incómodos caminos, cruzando el río por las resbaladizas piedras, y temiendo que se hiciera de noche. Por fin llegamos al bar. Llenamos las cantimploras. Pesaban bastante. Si el viaje de ida, fue incómodo, para qué mencionar el de vuelta. Cuando llegamos, ya estaba oscureciendo.

El chaval que le había picado el alacrán, estaba muy asustado. Los compañeros, le decían comentarios de mal gusto, que lo ponían triste.

-Esa pierna, te la cortarán. Está infectada de veneno. Decían unos.

Otros, más guasones, le comentaban:

-Mejor te cortamos la pierna, y ya tenemos cena.

El pobre chavalín, pese a las bromas, temía que se la fueran a cortar. Se llamaba Javi.

Llegó la noche, y encendimos el fuego de campamento. Hicimos un círculo a su alrededor. El jefe, se puso a hablar:

-No os habéis portado bien, pero yo he perdido los nervios, y eso no puede ser. Por culpa de ello, las cosas han salido peor. Por lo tanto os pido disculpas. No he estado a la altura de las circunstancias.

Guardamos silencio, todos estábamos arrepentidos de algo. Varios hablaron, admitiendo su culpa también. Yo mismo estaba arrepentido de mi egoismo. Aunque no había dicho ni pío, ni me había quejado de nada; en mi interior estaba soltando chispas contra todos que colaboraron a que ese día fuera tan malo. Sí, pensándolo bien, ese había sido un día récord en lo que a mala suerte se refiere.

Cuando era evidente nuestro arrepentimiento, y nadie más dijo nada, Pedro propuso que como señal de arrepentimiento, y para quedar bien unos con otros, y con Dios, rezáramos el Padre nuestro. Así lo hicimos. Dijimos todos al unísono:

“Padre nuestro que estás en los cielos”.....

Y de repente, el fuego lanzó una fuerte y ruidosa llamarada. Seguimos rezando más despacio, mientras nos miramos todos entre asombrados y asustados. A medida que íbamos terminando de rezar, el fuego iba bajando, hasta alcanzar su altura normal.

Pedro, opinaba que esa llamarada, había sido una señal de Jesús, para mostrarnos su presencia entre nosotros.

-La Biblia dice que Jesús, dijo: “Todo aquel grupo de personas, que se reúna en mi nombre, yo estaré con ellos”. Nos explicó.

Luego, nos acostamos en los sacos de dormir, muy alegres. Como era verano no hacía frío. Dormimos al aire libre, en la cuneta, mirando las estrellas.

Al día siguiente, le pregunté a uno de los que habían estado de guardia cómo le había ido. A lo que me contestó:

-Verás, he visto una extraña sombra. Al encender la linterna, la sombra se echó al lado. Si apuntaba a ese lado, se iba al otro. En fin, que se iba al lado contrario de donde yo alumbraba. No pude ver más, porque éste me relevó.
-¿Sabes lo que era tu sombra? ¡Un toro! Le contestó aquel.

Justo en ese momento, veo al toro al final del camino, y le pregunté:

-¿No será ese?

Entonces, empezaron a mirarlo con curiosidad. El toro parecía nervioso. Dos de mis compañeros, fueron a acercarse a él. El toro retrocedió. El jefe los llamó muy sofocado, para que se alejaran. Cuando se fueron, el toro cogió carrerilla, y pasó por el camino, en medio de nosotros. Yo estaba muy asustado, y quería salir corriendo. Al ver que los demás no lo hacían, me quedé donde estaba, para que el toro no se fijara en mí, y me persiguiera. Por suerte no hubo peligro. El toro solo pretendió salir de allí. Cuando pasó cerca de nosotros, en su rápido y ruidoso trotar, le gritamos, casi al unísono:

-¡Eh toro!

Cuando atardeció, no vino el coche con la comida. Así que Pedro decidió suspender la marcha y regresar. Los otros scouts, antes de irse por su lado, nos dieron lo poco de comida que tenían, que recuerdo que era un huevo, y no se si dos salchichas. Poca cosa para alimentar a 30 personas. Por el camino, ya hablábamos de terribles e imaginarias venganzas contra el jefe principal. Hasta Pedro, bromeaba de ello.

Cuando llegamos al campamento base, lo hicimos justo a tiempo de la bajada de bandera, que es a la hora que se dan a conocer las novedades. El jefe mayor, dijo que no nos había mandado comida, en solidaridad con los “comandos”, que estaban de prueba de supervivencia, por lo que decidió ponernos de supervivencia también.

Ese comentario no nos hizo ninguna gracia, y menos aún que nos hiciera esa faena sin avisar. Entonces, cogimos entre todos al jefazo, y amenazamos con mantearlo, y luego lanzarlo al río, si en compensación, no nos invitaba a comer algo especial.

-Vale, cuando lleguemos a Cádiz, os invitaré.

Todavía estamos esperando su invitación, que por supuesto, no llegó, ni llegará.

Fin del relato “En marcha hacia Benamahoma”.